miércoles, 12 de agosto de 2015

"Mommy" un retrato de familia por Xavier Dolan


Mommy es la quinta película del director canadiense Xavier Dolan. Con apenas 26 años podemos ver en su filmografía un claro estilo personal, además una evolución e innovación constantes. Desde la rebelde y colorida "Yo maté a mi madre" (2009), pasando por la icónica "Los amores imaginarios" (2010), la épica "Laurence Anyways" (2012) y la excéntrica y caótica "Tom á la ferme" (2013), hoy nos encontramos con su último largometraje: "Mommy" estrenado en 2014.

Escrita y dirigida por el mismo Dolan (al igual que todas las anteriores) fue galardonada con el premio del jurado en el Festival de Cannes del 2014.




El film parte de la premisa de que en una "Canadá ficticia" una nueva ley permite que los padres de un chico con problemas de conducta puedan encerrarlo en un hospital público sin ningún tipo de jutificación en el caso de que tengan problemas económicos o perciban peligros tanto físicos como psicológicos para ellos o sus hijos.

En este contexto se cuenta la historia de una madre, Diane "Die" Despres (Anne Dorval) y su hijo adolescente Steve (Antoine-Olivier Pilon) quién fue diagnosticado con "trastorno por déficit de atención con hiperactividad" (TDAH) y se encuentra recluído en una institución hasta que es expulsado por iniciar un incendio el cual causa graves quemaduras a uno de sus compañeros. Por esta razón madre e hijo deben volver a vivir juntos.

La relación de Die y Steve es tortuosa y violenta, por momentos parecen dos hermanos adolescentes o incluso una pareja. La falta de límites, la muerte del padre, la violencia mutua, las situaciones que rozan el incesto, los problemas económicos son ingredientes que van sumándose al cóctel de esta relación. A esto se agrega la posibilidad con la que cuenta Die de encerrar a su hijo en un hospital, la cual parece atormentarla a lo largo de toda la película.

De todas las maneras posibles en que podría mostrarse una situación así, el director elije la más cercana, sin hacer uso de las extravagancias visuales a las que nos tenía acostrumbrados en sus filmes anteriores. Dolan ama a sus personajes, los pinta con un pincel fino y suave, los mima, no los juzga, los muestra tal cual son, complejos, humanos. Podemos verlos de esta manera a traves de primeros planos desgarradores. Aún así por momentos, en las escenas más intensas sus actuaciones rozan lo melodramático haciendo que entre gritos y violencia se muestre sin vueltas lo peor de ellos.




Una de las primeras cosas que llama la atención es el formato cuadrado 1:1 de la pantalla que se mantiene de esta forma a lo largo de casi toda la película. Esto genera una sensación opresiva de falta de perspectiva y posibilidades con respecto al futuro de los personajes. Por el contrario en los escasos momentos de plenitud y alegría la pantalla se ensancha generando el efecto opuesto.

La relación de los protagonistas comienza una nueva etapa al sumarse Kyla (Suzanne Clément), la vecina de enfrente quién tras sufrir un shock emocional dos años antes desarrolló un problema en el habla. Comienza a ser tutora de Steve y los tres desarrollan una amistad que les da esperanza y un momento de respiro de sus respectivas realidades.





Sin embargo el director, que por momentos parece querer convencerse a si mismo y a los espectadores de que se trata de una historia con un posible final feliz al estilo de Hollywood, nos muestra que la realidad es más compleja y que como dijo Orson Welles (otro "niño prodigio" del cine) "tener o no un final feliz depende de dónde decidas detener la historia".

Algo a destacar sin dudas es la actuación de Antoine-Olivier Pilon como Steve quién con gran versatilidad logra mostrarnos todo el abanico de emociones y sentimientos que atraviesa un adolescente que lucha contra sus impulsos. Lo vemos como un tipo violento, racista y autodestructivo dispuesto a robar, destruir propiedades e insultar a diestra y siniestra. También lo vemos por momentos como un jovencito, casi un niño, asustado, frágil y desesperanzado tratando genuinamente de hacer lo mejor por su madre y por él mismo.




Esta temática se relaciona muy estrechamente con la realidad que vivimos día a día en nuestro país como en muchos otros lugares del mundo. Desde la medicación abusiva de niños y adolescentes hasta los sistmáticos hechos de violencia hacia jóvenes privados de libertad. Todos estos factores hacen que esta película sea oportuna e indispensable como testimonio de una situación similar, ficticia si, pero que muestra muchas de las aristas que pueden ayudar a la reflexión. El mismo director planteó la utilización de elementos autobiográficos como la propia relación con su madre y sus experiencias como adolescente para nutrir esta obra, aún así no tiene pretensiones de ser absolutamente verosímil.

Podes amarlo, podes odiarlo, pero Dolan nunca te dejará indiferente. Su cine es emocionante, arriesgado, intenso y seductor, y en mi opinión seguirá dando mucho de que hablar.

¡Les dejo el trailer y esperemos que se estrene pronto en alguna sala de Uruguay!




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